El día siguiente nos fuimos a comer a un restaurante con una decoración tradicional preciosa, entre plantas y las calles desayunamos para seguir con nuestra aventura, por cierto  ¿Sabían que Guanajuato no tiene como tal un platillo característico? Claro eso no significa que la comida no sea rica o que tengan poca variedad, de hecho ¡Todo lo contrario! Puedes encontrar de todo, todito. Decidimos ir caminando a nuestro destino porque ver las casas, negocios, la gente y el ambiente es una experiencia maravillosa ¡Perderse y explorar como un local es algo único e indescriptible! La verdad que es muy bonito apoyar a la economía local, ya sea comprando un simple helado, apoyándolos con una pequeña compra o adquiriendo pequeñas figuras artesanales.

Uno de nuestros primeros destinos fue la universidad de Guanajuato ¡Fue impresionante verla por primera vez! Aunque un ambiente cotidiano para muchos, es lindo ver la vida desde otra perspectiva, además los negocios locales son muy interesantes, cuando nos fuimos a nuestro siguiente destino a los museos de las momias, pudimos ver varios eventos durante nuestro recorrido ¡Bailes, carreras y gente conviviendo! Casi de la nada aparecieron para darnos alegría y calor. Además que mientras recorremos las calles no podía dejar de imaginar las historias que se han vivido en esta región: la revolución mexicana, la independencia y los eventos religiosos que han pasado, de hecho descubrimos que muchas personas vienen a Guanajuato para realizar peregrinaciones y visitar iglesias ¡Como el famoso cerro del cubilete donde se encuentra el cristo!